Y pensar antes de acostarme
que ya falta menos
para acariciarte,
para comernos.
Sonrojarme al imaginarte
y sorprenderme por pensar en ello.
No quiero tenerte eternamente,
sí aprender a disfrutar del momento.
Llenarnos de pasiones intermitentes
y de sinceridades que nos lleven al final.
Simplemente dejemos que nos arrastre la corriente
hacia donde quiera,
aun que si por mi fuera
nunca firmaría la muerte.
Como siempre, tanta razon.... sabias palabras.
ResponEliminaMe encanta como escribes.
Besos