18 de març 2010
Jocs bruts
Deixa de jugar al meu cap.
Sento veus que em murmuren
i em parlen de tu,
capgires els mobles de lloc,
apagues els llums i
encens el foc.
De tan en tan les veus juguen
i em sacsegen amb violència, sense pietat.
Em feres creure que eres cavaller
sense cicle, que el temps es parava.
Com Lluna d'una cara em vas mostrar
la sinceritat, tendresa i les teves pors.
Em vengueres castells de palla,
somnis de cartó,
jardins d'espines
i carícies d'espases afilades.
Mal venedor!
Fuig amb les teves pors i somnis enfora.
No vull l'altra cara de la Lluna,
ni núvols que la tapin.
Ja he vist al diable!
Tanca sa porta i no tornis.
No tornis.
No!
13 de març 2010
Te reto a una batalla en la que no pierde nadie,
sólo se gana.
Las normas són claras: imperia
la sinceridad y la imaginación,
la ternura y la guerra.
Juego limpio, cada uno con sus armas.
Miradas llenas de mensajes,
roces que emanan sonidos,
ósculos que aprisionan suplicas y deseos
a la vez que te hielan la piel y el alma.
Quédate conmigo y no dejemos que amanezca
el mañana, y menos aún que muera el día de hoy.
sólo se gana.
Las normas són claras: imperia
la sinceridad y la imaginación,
la ternura y la guerra.
Juego limpio, cada uno con sus armas.
Miradas llenas de mensajes,
roces que emanan sonidos,
ósculos que aprisionan suplicas y deseos
a la vez que te hielan la piel y el alma.
Quédate conmigo y no dejemos que amanezca
el mañana, y menos aún que muera el día de hoy.
11 de març 2010
Un día pintado de blanco
Me levanté como tantas mañanas,
como aguijón de escorpión envenenando el despertador.
Otro día más,
otro día más,
¡otro más!
Como cada mañana, se me había olvidado usar aquel cuadro
creado para la pequeña ventana que me separaba de la realidad.
La luz naranja me recordaba que las calles ya estaban puestas,
que el juego no daba tregua.
Fue diferente.
Abriendo las persianas del pequeño balcón al mundo mis ojos
vieron que la realidad era arropada por una capa de agua blanca.
La niñez e inocencia encerrada en mi tomó el poder,
me convertí en niña con castillos, principes, flores,
juguetes y poetas soñados.
Lo confieso, intenté arrebatarle el trono y no pude.
Me sacó a la calle y saltamos, reimos, nos ilusionamos.
Creamos un amigo que parecía entender la festividad de ese momento,
como caracol que sólo sale en días nevados.
Esa niña había estado demasiado tiempo en la penumbra
viviendo sola en el olvido, en otro mundo.
Me alegró el día.
Tendré que hablar con ella seriamente y
quizás llevarla más a menudo conmigo en mis viajes.
Quién sabe, quizás cambie mi visión sobre esa ventana encuadrada,
esa realidad,
ese juego!
como aguijón de escorpión envenenando el despertador.
Otro día más,
otro día más,
¡otro más!
Como cada mañana, se me había olvidado usar aquel cuadro
creado para la pequeña ventana que me separaba de la realidad.
La luz naranja me recordaba que las calles ya estaban puestas,
que el juego no daba tregua.
Fue diferente.
Abriendo las persianas del pequeño balcón al mundo mis ojos
vieron que la realidad era arropada por una capa de agua blanca.
La niñez e inocencia encerrada en mi tomó el poder,
me convertí en niña con castillos, principes, flores,
juguetes y poetas soñados.
Lo confieso, intenté arrebatarle el trono y no pude.
Me sacó a la calle y saltamos, reimos, nos ilusionamos.
Creamos un amigo que parecía entender la festividad de ese momento,
como caracol que sólo sale en días nevados.
Esa niña había estado demasiado tiempo en la penumbra
viviendo sola en el olvido, en otro mundo.
Me alegró el día.
Tendré que hablar con ella seriamente y
quizás llevarla más a menudo conmigo en mis viajes.
Quién sabe, quizás cambie mi visión sobre esa ventana encuadrada,
esa realidad,
ese juego!
08 de març 2010
Y se me había olvidado...
Se me había obvidado todo
lo que tú escondías,
todo aquello que me hacía sentir
que no andaba sin rumbo, que
la melodía no carecía de sentido.
Se me olvidó el sentir tu piel bajo
las sábanas frías en las noches en que la
lluvia hacía de nosotros unos presos
de alguna que otra película sin sentido.
Pero todo de lo que ella carecía aparecía
entre caricias y besos, y no mentiré diciendo
que también entre algún que otro escalofrío
al pasar tus dedos por mi piel.
Se me había olvidado tu tacto,
tu voz, tu mirar,
tu sabor, tu sueño,
tus miedos y tu aliento...
tu todo!
lo que tú escondías,
todo aquello que me hacía sentir
que no andaba sin rumbo, que
la melodía no carecía de sentido.
Se me olvidó el sentir tu piel bajo
las sábanas frías en las noches en que la
lluvia hacía de nosotros unos presos
de alguna que otra película sin sentido.
Pero todo de lo que ella carecía aparecía
entre caricias y besos, y no mentiré diciendo
que también entre algún que otro escalofrío
al pasar tus dedos por mi piel.
Se me había olvidado tu tacto,
tu voz, tu mirar,
tu sabor, tu sueño,
tus miedos y tu aliento...
tu todo!
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