18 de maig 2010
...¿Cuál?...
A veces, y por no alimentar al miedo que vive bajo mi cama diciendo “siempre”, la vida toma un rumbo que no creíamos posible.
No pensábamos cuál era la parada final, sólo dije:
-Un billete para este tren”.
-¿Dónde quiere bajarse muchacha?- me dijo el revisor.
-No se preocupe, no me bajaré nunca.
Y sin querer que lo oyera, pero no lo puedo evitar, el temor cenó demasiado y un eructo se le escapó. Qué bien alimentado está.
Y con cara de dar pase VIP a una pobre mendiga me dijo:
-Te lleva a la última estación, a ninguna otra. Sólo se permiten trasbordos, pero bajo tu cuenta”.
Y tan contenta me subí al tren. Vacío. Para mi.
Pasé por playas, montes, puentes, mares, rocas... Vi el mundo. Hasta que un día a lo lejos vi otro tren. No estaba sola en ese camino que empezaba a hacerse largo. Era diferente, de otro color, no iba por raíles, ni tocaba el suelo. De día marchaba cerca del suelo, a veces encima del mar, solo. Pero de noche le perdía la pista, volaba demasiado alto y mis ojos no lo alcanzaban. Me entró la curiosidad.
Fueron muchos los días en que lo observé. Me aprendí sus maneras, colores, sonidos, sus movimientos. ¿A dónde llevará?... Y cada noche esa pregunta me robaba los sueños, el alma y a veces hasta la calefacción del tren y con él la noche se hacía fría.
Pasaron días y noches en los que no podía evitar preguntarme a dónde me llevaría ese otro tren, hasta que un día el otro tren se acercó más de lo habitual a mi tren. Y corrí, busqué entre la bolsa aquellas gafas que hacía tantos años no me ponía. No las necesitaba, ya me sabía la decoración de mi tren de memoria, los paisajes, el camino... Y entonces vi en su carrocería, tallado en madera:
“Ultima estación: la Luna”.
Y se me encogió el alma, no había cogido el tren adecuado. Entonces recordé: “Sólo se permiten trasbordos”. Y la duda me invadió: el camino a la Luna era lo que soñaba mas no era capaz de abandonar aquél tren que me había ayudado a crecer y que me enseñó el mundo”.
Y la duda me invadió....
*Imagen: Jacek Yerka*
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...cuando de repente, surgido de la nada, apareció un "Pescallunes", pescó la luna y el tren se quedó sin última estación. La chica no pudo dudar más...
ResponElimina--------------------------------
Bromes a part, que canviï de tren: els somnis s'han de perseguir! :D Encara que costi deixar enrere certes coses que han marcat molt la nostra vida :)
PS: M'agrada!