22 d’abril 2010

Capítulo 1: "Tenías que ser tu!"

Me costó salir del reloj de arena en el que llevaba tantos años viviendo.
Aunque me cayesen las piedrecitas encima, me parecía que ese era mi lugar, mi tierra, mi mundo.
No conocía más allá, eras todo.
Mi confianza, mi sabiduría, mi punto de apoyo... Pero te caiste.
Más bien te empujé.
Me costó, no lo niego...Pero saqué tus cosas, tus maletas, tus anclajes a la calle y allí te dejé.
Sin pensarmelo dos veces, no miré atrás... y aunque algo en mí no quisiera nacer de nuevo, lo callé, lo maté.

Te saqué fuera de mi!!! Fueraaaa!!!
Y vuelves a mi, como si todo mi camino fuese un círculo en el que siempre vuelvo a ti.
Y aunque no crea en el destino, parece que este se apodera de mí.

Días grises en el que el alma parece que no aprendió de tan duro golpe.
¿Tendré que volver a pasar por esos malos días de educación y creencias carcas en el que impera “la letra con la sangre entra”?




Abro la primera página del libro, y el primer cápitulo a entender y memorizar:
“Tenías que ser tú!”

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