22 de novembre 2012

Y qué más da, si al final llegamos al mismo lugar... a la nada.



Saber que no voy por buen camino,
que esto sólo lleva a mi precipicio,
al salto
en un vacío que no acabaría nunca
y en el que no habría ramas posibles a las que aferrarse.
Sólo sabanas de camas deshechas llenas de sudores escondidos
y disfrazados de mentiras.
Querer dar la vida y no poder por miedo a perderme,
a quedar desnuda en la noche fría y sin estrellas.

Saber que me metí donde no debí
pero pedí entrar en este laberinto sin salida.

Correr o morir... no queda otra.
Y yo, que soy cobarde se que apagaré mi
luz cargada de amor, caricias, llantos,
tactos, canciones, risas, miradas...
Para que puedas seguir tu viaje. Para que
sigas en tu tierra con los que te aman.
Para volver a mi mundo de nunca jamás y
pensar en lo que pudo ser.



Porque al final,
todo son excusas cobardes.  

2 comentaris:

  1. Este poema es precioso.... la verdad, sigue así, estas hecha una artista, me encanta....
    besos a tod@s

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  2. Porque al final... siempre se busca ese abrazo del después, sin importar cómo.

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