Ella entró en la cama y lo volvió a sentir.
Otra vez aquella extraña sensación que tanto tiempo hacía que no la visitava,
aquella mezcla entre dolor y miedo,
amor y frustración consigo misma.
Se dio la vuelta y cerrando los ojos intentó que la idea se difuminara,
que con la misma facilidad que últimamente venía se fuera.
Pero esa noche no se iba a ir,
la cogió de la mano.
Cada cierto tiempo intentaba plantearse el porqué,
cómo podía ser que sintiera eso y que la inundara sin pedirle permiso,
dejándola con la sensación de estar sola en este mundo.
Tenía miedo.
Miedo de perder otra vez,
de creer que otros mundos serían posibles sin ella.
Otro mundo de fantasías que quizás ella no podía ofrecer,
que no sabía descubrir entre ese mar de rocas y erizos,
que no podía ver a oscuras.
Miedo de perder esa posibilidad de caminar juntos,
de cogerse de la mano e ir andando uno al lado del otro.
Creía que quizás, aunque fuera joven,
no era el tipo de mujer que hacía abrir los sentidos,
o que derretía con una sola mirada... o quizás mientras dormía.
Sabía que su confianza en si misma siempre había sido
un vaso medio vació, un plato sin acompañamiento,
y hasta se atrevía a pensar que quizás era un pastel sin guinda.
Conocía que esa era la puerta por la que esa sensación entraba,
pero también sabía a ciencia cierta que cuando la cogía de la mano
era porque tenía miedo de perderle,
no ofrecerle todo lo que fuera posible,
no hacer todas aquellas locuras que uno debe
hacer para mantener un jardín florecido...
Que no hicieran ambos lo mismo.
Que no lo hicieran por ella.
*Bàsicament: por de la por.
El sábado al llegar una de las primeras visitas me recordó si me había pasado algún contratiempo...
ResponEliminaLa realidad es que la semana pasada he viajado precisamente el fin de semana, siendo la causa que desestabilizó los días que tengo para continuar con mis pautas, motivo por el que no edite.
Una vez aclarada mi ausencia, no hay nada más gratificante como saber que se puede notar una pequeña ausencia en un espacio tan inmenso, es lo que me motiva a seguir adelante, cuando en ocasiones estoy muy limitada de tiempo y hago lo indecible para estar a vuestro lado porque siempre os llevo en el corazón como la joya más preciada.
Estos y otros detalles te hacen sentir como una flor al amanecer rodeada por la bruma de la ilusión.
Abrazando los sueños que visten de seda al brindar la mano de la amistad.
Besos de esta amiga que te estima y no te olvida!!
María del Carmen