Te temo

Noches como las de hoy
me devuelven a la oscuridad,
a la necesidad de que tu voz
me llene la oquedad que
hace unos días se formó en mi.
No espero que surjan palabras
que no creí nunca posibles
o llantos que nunca oí,
tan siquiera espero que pretendas
darme en la soledad aquello
que me faltó andando por las calles
de la ciudad.
Tan rodeada de gente,
tan rodeada de ti.
Supiste que me calmabas,
que tu voz acallaba mis llantos,
mis penas y también me refugia
de aquello que más temo.
Perderte.
Sentir el miedo de ser parte del olvido,
de la caja de recuerdos que se llena
de polvo y de soledad en el fondo del armario.
No tener un rinconcito para las confesiones,
para los secretos,
para seguir descubriéndote
y dejar que veas aquello que hace tiempo
que no ves en mi.
Miedo a que el mar quede sin peces pequeños,
a que la Luna deje de brillar
y que en tu sofá nunca haya un sitio para mí.