
No miente al decirme que no lo sabe explicar...
Pasa por su mente como corriente
y eriza toda la piel
sin control alguno
ni miedo.
A altas horas de la madrugada llega a casa
y quitándose la ropa vuelve a suceder.
Él entra sin permiso en su mente,
abre todas las puertas de lo prohibido
y cierra las ventanas a la realidad.
Mientras, ella se deja llevar por el sueño
y el cansancio de su cuerpo,
recupera aquel tiempo perdido
y añorado.
Él sigue con su juego,
la besa, la desnuda,
acaricia su piel y la recorre con sus dedos.
Le susurra que no se va a ir,
que será una noche de Luna llena con
baños y caricias en el mar,
rebozados de arena y observados.
La lleva hasta el fondo del mar con sus manos,
no necesita el aire, lo tiene a él,
le da lo necesario para sentirse viva,
querida y deseada.
...Sé que no me miente,
que le sucede de verdad,
al ver sus ojos que se le llenan de lágrimas
al pararse unos segundos, coger el aire que
le faltaría al llegar al fondo del mar, y seguidamente
decirme:
"Cada noche un sueño,
una añoranza al ver mi cama vacía."