Como cada noche ella lo deseaba,
pensaba que quizás esa era la noche en que él la abrazaría
y la haría sentir con sus manos aquella libertad
que tanto anhelaba.
Todas las noches pensaba que quizás empezaría ese juego
en el que ella poniéndose de espaldas lo retaba
a acariciarle la espalda como primera etapa hacia un camino más divertido.
Pensaba que no podría resistirse a sentir su piel entre sus dedos,
a descubrir o redescubrir aquellos lugares
que tanto los unían.
Pero, como cada noche, la realidad no era como ella imaginaba.
Aunque ella quisiera sentir que él la deseaba quizás ese no era el momento adecuado,
el día adecuado o quizás la persona adecuada.
Ella buscaba algo que él no veía, que no deseaba,
no luchaba por ella en esa batalla de sabanas y juegos.
Creo que ambos vivían caminos diferentes,
sensaciones distintas entre imaginaciones completamente antagónicas.
Ella lo deseaba,
pero él deseaba más el sueño que las fantasías.
*Foto: cuadro de Jacek Yerka.
Infelizmente yo creo que hay muchos casos de esos en que los deseos no se entienden y cada uno busca un camino distinto al otro...
ResponEliminaBesos,Vega Pasión.
Quizás no era el momento adecuado. Quizás nunca lo sea. Quizás vuelvan neuvos momentos, nuevas espaldas que acariciar.
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